PERALES ERES TU Nº 53

Entrevista

Óscar Díaz, el peraleño que, sin pasar palabra, sabe y gana

Óscar Díaz García (Madrid, 1971) es un bicentenario y es que con 200 programas de ‘Saber y Ganar’ a sus espaldas es el concursante que se ha llevado un mayor bote en este programa. Un asiduo a los concursos televisivos que compagina con su trabajo como traductor y como presentador de ‘Locos por el Golf’, en el que, cada martes, repasa en Movistar+ los mejores momentos de este deporte. Un curriculum más que peculiar para un peraleño que no pasapalabra.

¿En cuántos concursos ha participado?

No sabría decir exactamente. Calculo que 10 o 12 pero dilatados a lo largo de 18 años, por lo que la cifra abulta mucho y asusta, pero no han sido tantos. En el que más he estado fue en ‘Saber y Ganar’, donde estuve 200 programas.

¿Cuándo empezó?

Con el cambio de siglo. En el año 2000 estuve por primera vez en ‘Pasapalabra’. Desde que era joven me gustaba verlos por la televisión y me preguntaba qué tal se me darían, así que escribí, pasé los castings, hice los procesos de selección correspondientes y me llamaron. La verdad es que no se me dio nada mal porque estuve 13 programas y gané un dinerito. A partir de ahí los que se fueron poniendo a tiro, aunque el que más me hacía ilusión fue ‘Saber y Ganar’ porque es el concurso que más tiempo llevaba viendo y que más me gustaba.

¿Se puede vivir de participar en concursos?

No. Por ejemplo, ‘Saber y Ganar’ es un programa relativamente modesto, pese a llevar 20 años en antena, los premios que se ofrecen están bien, pero son relativamente modestos si se comparan con otros concursos. Incluso la gente que ha ganado botes millonarios no creo que les dé para vivir. El premio más gordo que se ha entregado han sido millón y medio de euros, pero, para empezar, la mitad no te llega a ti. En ‘Saber y Ganar’ yo gané 169.900 euros, pero la mitad de ese dinero no me llegó

¿Es espectador asiduo de los programas en los que participa?

Hay programas que te llaman más la atención que otros. ‘Saber y Ganar’ lo llevaba viendo toda la vida. Todo lo que sea competir dependiendo de tus conocimientos me interesa. De todos los que he estado, por lo general, he sido espectador. Por falta de tiempo no los veo enteros, pero ahora, gracias a Internet, me veo el rosco final de ‘Pasapalabra’ o la prueba final de ‘Boom’.

¿Qué diferencias hay entre unos concursos y otros?

‘Saber y Ganar’ tiene un carácter mucho más enciclopédico que otros porque lo abarca todo y todos los días se plantean muchas preguntas. Lo bueno es que todos los días te enteras de datos buenos; y, de cara al concursante, en un minuto te pueden estar preguntando por un libro o por la delantera del Barça en 1975.

¿Qué es lo que más le gusta de participar en concursos?

Ver cómo se hacen, siempre he tenido la curiosidad de ver cómo funciona la máquina de la televisión por dentro. También, conocer a la gente que hace el concurso, pero también a los concursantes, que son muy interesantes. Y obviamente el premio económico, que nunca viene mal.

¿Cómo se prepara uno?

En mi caso, en el caso de ‘Saber y Ganar’, no encontraría la manera porque es muy amplio. Loa temas que tocan son tan variados que es difícil decir “me voy a poner a repasar capitales de las ex repúblicas rusas o ríos”. Habrá gente que lo haga, pero yo voy casi con lo puesto, aunque leo mucho porque me gusta y estoy suscrito a muchas revistas y leo los periódicos. Yo no hago una preparación específica, aunque hay concursos como ‘Pasapalabras’ que son más para “concursantes opositores”.

¿Qué recomendaría a alguien que se plantease concursar?

Que se lo tome con mucha tranquilidad y que no piense en el dinero ni en los errores porque todo el mundo se equivoca. Hay que pensar en disfrutar.

¿Le veremos próximamente en concursos?

No lo sé, depende de las productoras y de que les apetezca o no llamarte. Aunque va a haber unos especiales sobre deportes en ‘Saber y Ganar’, coincidiendo con el XXV Aniversario de los JJOO de Barcelona 92 y saldré un par de días.

Su abuelo fue, recientemente, homenajeado como una de las personas más mayores de pueblo.

Si, mi abuelo es el decano del pueblo, tiene 94 años. Probablemente sea culpa suya que yo aparezca en esta revista porque algo le diría a la alcaldesa (risas). Además, tengo un cariño tremendo al pueblo porque todas mis raíces son de allí y de chaval he pasado mucho tiempo, aunque ahora ya por circunstancias de la vida no puedo ir tanto.

Mi abuelo es un hombre que, a pesar de haber salido más o menos indemne de la Guerra Civil, ha sufrido mucho. Y su figura, por circunstancias familiares, ha sido más que una figura paterna. Mi padre falleció cuando yo era muy pequeño, y quien ha estado ahí toda mi vida, a mayor o menor distancia, siempre ha sido mi abuelo.

Me maravilla el conocimiento que tiene mi abuelo de muchas cosas, cosas que además él no valora porque las da por sentadas: que pueda identificar el canto de cincuenta pájaros, que sea capaz de darte nombres comunes de un montón de plantas o cómo trabaja la tierra.

Precisamente, uno de los recuerdos más bonitos que tengo de mi niñez es estar sentado con mi abuelo, pidiéndole que me contara cosas. Me hablaba de pájaros, de cantos de pájaros, me contaba cosas de la región, de su entorno, cosas interesantes, y nos íbamos de un tema a otro, sin orden ni concierto, y probablemente de ahí haya surgido mi curiosidad. Ese vínculo, esa generosidad… eso era el grado máximo de felicidad.

 
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