Las advertencias sobre la tala resultaron ser verídicas al comprobarse por parte de los técnicos municipales que el Grupo 7 de los Agentes Forestales de la Comunidad de Madrid había procedido a la concesión de dichos permisos de tala en la zona indicada para una superficie arbórea determinada atendiendo, en primer lugar, al mal estado de numerosos ejemplares, derivado de la longevidad de éstos, que en muchos casos han sobrepasado su ciclo de vida habitual; y segundo lugar, a la peligrosidad que se observaba por caídas indiscriminadas de los mismos debido a factores atmosféricos naturales sobrevenidos

En base a la Normativa Ley forestal Comunidad de Madrid 16/1995 de 4 de mayo, los ayuntamientos no tienen competencias para conceder o denegar la tala de árboles en fincas privadas de carácter rústico. Por lo que este Consistorio no puede detener la tala de los ejemplares, más allá de seguir con especial interés los trabajos para asegurar que se cumple la normativa vigente. Todo ello a pesar de la consideración por parte del Ayuntamiento del importante daño medioambiental y paisajístico que se está produciendo.

Pese a ello, este Consistorio también quiere subrayar que la seguridad de los vecinos está por encima de todo, entendiendo la preocupación y la responsabilidad que tienen los propietarios de estas parcelas tras comprobar cómo, en los últimos meses, han sido varios los ejemplares que se han caído, afortunadamente sin tener que lamentar daños personales, pero con el más que evidente peligro dadas sus dimensiones.

Cabe recordar que la Normativa regional no exige a los propietarios de estas parcelas la reforestación con nuevos ejemplares de la misma especie tras la saca de los enfermos o inertes, por lo que no se les pude demandar su sustitución. Tampoco, pueden plantar especies agrícolas o frutales sin el pertinente cambio de uso del suelo.

En lo sucesivo, el Ayuntamiento de Perales de Tajuña continuará, como hasta ahora, mediando ante las justas preocupaciones de los propietarios que ven con temor el mal estado de los chopos, con una tala controlada, pero siempre, y en colaboración con los Agentes Forestales de la Comunidad de Madrid, controlando que las sacas de árboles no vayan más allá de lo estrictamente necesario y acorde a los criterios de los técnicos.